La comisión europea tiene un plan maestro para que todos los autobuses urbanos sen sin emisiones a partir de 2030. Incentivar a los ayuntamientos para que den prioridad a los autobuses eléctricos es un primer paso muy necesario para ir apostando por la electrificación de las ciudades. Libres de cualquier emisión perjudicial para el medio ambiente, este camino, indica que en unos años todos los autobuses que lleguen a las ciudades acabarán siendo eléctricos.
A partir de 2030 todos los autobuses urbanos serán sin emisiones
La fecha máxima de 2030 para los autobuses eléctricos se relaciona también con el fin de las ventas de coches de combustión. La lucha contra el diésel y la gasolina es una realidad que golpeará de lleno contra las empresas dedicadas al sector del transporte. La adaptación se puede hacer a buen ritmo con tiempo y perspectivas.
La comisión europea lo tiene claro: “En consonancia con los objetivos del Pacto Verde Europeo y REPowerEU , esta propuesta también tendrá un efecto positivo en la transición energética , al reducir la demanda de combustibles fósiles importados y mejorar el ahorro y la eficiencia energética en el sector del transporte de la UE.”
Las emisiones procedentes del sector del transporte preocupan a la comisión europea que ve como el aumento de demanda de estas empresas, se relaciona también con esta alza de contaminación. Al generar un aumento anual constante han sido de los primeros en marcarse unos objetivos.
En España dependemos del trasporte, no solo para el abastecimiento, también para la movilidad sostenible de viajeros. Conscientes de las barreras que hacen imposibles una correcta implementación de los autobuses o vehículos pesados, hay una propuesta que va de la mano con esta.
Los puntos de recarga irán de la mano de los autobuses urbanos
Los autobuses urbanos, así como, todos los coches o camiones que puedan circular por las ciudades deben tener la plena garantía de conseguir una recarga efectiva. Hasta la fecha el tema de los puntos de recarga quizás no tiene una norma efectiva. Aunque sí una propuesta de la comisión europea para poder hacer la transición de forma efectiva.
La comisión europea marca unas reglas siguiendo con el modelo de crecimiento que espera implementar. Las recargas son uno de los obstáculos a la hora de comprar un coche eléctrico, saber dónde o cuándo, en definitiva, sin ser de carga rápida se puede tratar de una terea que se demore durante horas.
Por ese motivo, la normativa sobre puntos de recarga se centraría en la siguiente propuesta: “la Comisión ha propuesto que se instalen puntos de recarga y repostaje a intervalos regulares en las principales carreteras: cada 60 kilómetros para la recarga eléctrica y cada 150 km para el repostaje de hidrógeno.”.
Un repostaje que facilitaría los viajes con este tipo de vehículos, teniendo en cuenta que se espera que el volumen de ventas y de efectivos vaya a más. Con unas líneas maestras marcadas, no solo para autobuses y camiones, también para coches, será más fácil imaginar un futuro en eléctrico que sea realista.
Los puntos de recarga son el caballo de batalla, además de las ayudas que equiparan el vehículo eléctrico con el de combustión. Una forma de darles a los conductores las mismas condiciones, no habrá entonces casi nada que diferencie ambos sistemas de moverse. A excepción del aire limpio y de la ausencia de emisiones contaminantes que generan. El medio ambiente se beneficiará de esta frontera, a partir de este año 2030 las carreteras y las ciudades pueden ser muy distintas. Siguiendo con este borrador que podría acabar siendo una realidad para toda la Unión Europea.