La política de la administración de Joe Biden no deja lugar a dudas, aplicará un 100% de aranceles a los coches eléctricos chinos. Cierra de esta manera la entrada a unos vehículos que pueden poner en riesgo una de las industrias más potentes de este gran país que lleva meses preparándose para lo peor.
La llegada de estos coches podría poner en riesgo los modelos eléctricos que se venden en Estados Unidos y forman parte de la transformación que está sufriendo todo el país. Son muchos los que dependen de una industria que parece que resurge de entre sus cenizas.
Los coches eléctricos chinos no tendrán mercado en Estados Unidos
Estados Unidos ha sido uno de los primeros países del mundo que ha cerrado la puerta a un mercado de coches eléctricos chinos que no puede acceder al suyo. Estamos ante unos vehículos que serían tan sumamente baratos que las consecuencias de acceder a una economía que depende en gran medida de su producción podrían ser terribles. No sería el fin del mundo, pero supondría que algunos puntos del país que ya han empezado a ver remontar su situación volverían a hundirse.
Teniendo en cuenta que ha sido una de las promesas de la administración Biden que se ha acabado cumpliendo, la medida ha sido aplaudida por aquellos estadounidenses que no esperaban menos de un presidente que ha invertido millones en ayudas para el coche eléctrico de su país. Un cambio impuesto que puede acabar siendo el que realmente se empiece a materializar en estas jornadas que están por llegar. El futuro debe ser el que se adapte a todos, sin competencia desleal y con unos precios adecuados, la experiencia dice que unos precios muy baratos pueden transformar la economía por completo.
Se aplicarán unos aranceles del 100%
Donald Trump impuso unos aranceles del 25% a los coches eléctricos que llegaban de fuera del país. Una medida que se suma a las que aplicó antes de marcharse un presidente que intentó aplicando estos aranceles ayudar a la economía de su país. Han pasado 4 años desde que este expresidente empezó a aplicar aranceles y desde entonces mucho ha cambiado el mundo, empezando por una situación que implica la llegada de más coches eléctricos y la necesidad de subir los aranceles.
Washington cree que este 25% hoy en día es insuficiente ya que los coches eléctricos chinos han bajado mucho de precio, en parte gracias a unas ayudas que reciben directamente desde el gobierno chino que no duda en favorecer a sus empresas. Para que los coches eléctricos dejen de ser competitivos o, al menos, cuesten casi lo mismo o más que los nacionales, los aranceles subirán al 100% de su precio. Por lo que, de esta manera se aseguran de que los primeros en venderse sean los locales.
Es una medida que puede beneficiar a gran parte de los fabricantes de este país y que debería ser estudiada por la Unión Europea. Desde esta administración también se ha advertido de una subida o bloqueo de los aranceles, pero no se ha especificado de cuánto dinero. El mercado de los coches eléctricos europeos también puede sufrir las consecuencias de estos precios que están muy por debajo de lo que deberían. Estamos ante un cambio de ciclo que podría acabar siendo el que marque un antes y un después.
Estados Unidos marca un camino que puede acabar siendo el que siga en una dirección que podría acabar siendo determinante para el futuro de una industria que parte en esta carrera desde posiciones distintas, para asegurar la igualdad se necesita poner barreras o medidas adaptadas a cada territorio.