Desde la La Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente se ha efectuado un análisis sobre las emisiones contaminantes en Europa con unos resultados bastante elocuentes.
Se ha determinado que en el caso de los coches eléctricos son vehículos que emiten una media en Europa que se corresponde en casi tres veces menos dióxido de carbono que lo que emite un vehículo, de prestaciones equivalentes, y que funciona con gasolina o diésel.
Para ello, en la investigación se ha trabajado con diferentes criterios como son la cantidad de emisiones contaminantes que emite un vehículo cuando esté quemando el combustible, produce electricidad para mover el coche o el impacto que puede suponer la extracción del carbono.
Según el estudio, «Los coches eléctricos superan a los motores de diésel y de gasolina en todos los escenarios, incluso en países con redes eléctricas de alto consumo de carbón como Polonia, donde emiten aproximadamente un 30% menos que los de motores convencionales. Los datos más actualizados demuestran que los coches eléctricos conducidos en Europa son, en general, tres veces menos contaminantes, y pueden reducir aún más sus emisiones hasta 2030 si se cumple la hoja de ruta europea de continuar mejorando el mix energético con más fuentes renovables. Los gobiernos europeos deben acelerar la transición al coche eléctrico».
El objetivo para 2030
Desde la propia Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente señalan que, de cara a 2030, los coches eléctricos expulsarán hasta cuatro veces menos gases contaminantes que los vehículos de gasolina o de diésel puesto que la red eléctrica de la Unión Europea será cada vez menos dependiente de las renovables.
En el informe lo explican del siguiente modo: «El potencial de los automóviles eléctricos para reducir las emisiones de CO2 es claro como el cristal y la Unión Europea debería acelerar la transición a la movilidad ‘cero emisiones’ y eliminar gradualmente los automóviles de diésel y de gasolina para 2035 a más tardar».
En definitiva, apostar por un coche eléctrico supondría que, a lo largo de la vida útil del coche en cuestión, se produjera un ahorro de hasta unas 30 toneladas de CO2, y hasta 85 toneladas en el caso los coches que cuentan con un uso más elevado como puede ser, por ejemplo, si están destinados al transporte de mercancias o de pasajeros.
Sin duda, unas cifras que hablan por sí solas y que muestran que este tipo de vehículos sí son el futuro del sector.