Durante el primer trimestre de 2022 se vendieron más de 80 camiones eléctricos, pero esta tendencia no supone la llegada masiva de estos vehículos sino todo lo contrario. España está a la cola en cuanto a ventas de camión eléctrico, pero con algunos matices. Pese a que las grandes empresas pueden apostar por ellos, es casi inalcanzable para un autónomo o una pyme que quiera dar el paso.
Hay dos factores principales que impiden esta llegada de los camiones eléctricos a las carreteras españolas. Por un lado, el precio, unos 350.000 euros, dependiendo del modelo es dos o hasta tres veces más caro que un camión convencional. Pero por el otro, hay un elemento indispensable que puede afectar las rutas, las electrolineras no están preparadas para este tipo de vehículos.
El precio de los camiones eléctricos es este
El precio de salida de un camión eléctrico parte de unos 160.000 euros, las versiones más básicas y dimensiones de carga pequeña. A partir de este precio se puede ir en aumento hasta una cifra que puede acabar siendo la que marque la diferencia. Los 350.000 euros de un camión grande, es el precio que acaba alejando a la mayoría de los compradores.
Pese al ahorro constante en combustible que puede ser de hasta 7.000 euros al año, la cantidad de euros que supone el desembolso inicial es lo que paraliza a los autónomos y empresarios. Las ayudas para camiones de más de 16 toneladas eléctrico o de hidrogeno, puede llegar a los 190.000 euros.
Una cantidad de dinero que puede servir de punto de partida, pero aún no se han automatizado, por lo que el comprador debe poner el dinero primero y recibir la ayuda si su solicitud es aprobada. El estado intenta que los camiones eléctricos lleguen a las calles, pero se encuentra con el segundo obstáculo.
No hay suficientes electrolineras para camiones eléctricos
El tiempo es dinero para un autónomo o un empresario, por lo que a la hora de cargar un camión eléctrico deben disponer de una electrolinera o un punto de carga adecuada en su camino. De lo contrario, esperar a que quede libre un punto de carga o poder adaptar la carga de estos vehículos que es mayor que la de un coche eléctrico es casi imposible.
Sin poder repostar de forma regular, el camión eléctrico se enfrenta a pérdidas que pueden acabar siendo las que eviten esta compra. Las grandes empresas pueden instalar electrolineras propias para poder conseguir el espacio necesario para cargar sus flotas. Un autónomo tiene más complicado realizar esta inversión.
De todas formas, debemos tener en cuenta que España necesita hacer los deberes en cuanto al establecimiento de estas electrolineras se refiere. Se debe empezar a aplicar una serie de elementos que son fundamentales. Sin la ayuda de los responsables para poder establecer un plan de electrolineras para coches eléctricos y también para camiones eléctricos es complicado que puedan aumentar las ventas siguiendo el modelo del resto de Europa.
España está a la cola en cuanto al número de camiones eléctricos se refiere, pese a las ayudas que otorga y el precio de los combustibles que haría posible este cambio de forma más directa.
El futuro pasa por estos camiones eléctricos que deben recorrer las carreteras con las mismas condiciones que los de combustión. Pero eso significa que deberían hacer los deberes las administraciones públicas para poder equiparar este tipo de vehículos al resto. Un camino que tendrá sus altibajos, pero con un descenso del precio unido con más puntos de carga, el camión eléctrico acabará con sus principales obstáculos.