El cambio en el sector de la movilidad es cada vez más rápido. Esto se ve también a través del gran avance que se está produciendo a la hora de desarrollar camiones eléctricos que puedan plantar cara a los diésel. En este sentido, se espera que empiecen a ser competitivos hacia 2025.
En el caso de los modelos que de combustión interna, mientras que en el caso de los camiones de pila de combustible de hidrógeno esto podría ser una realidad en 2030, según se desprende del último análisis del Coste Total de Propiedad enmarcado en el informe presentado durante el webinar Transport & Environment en colaboración con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA).
Camiones eléctricos: una transformación imparable
De este modo, dicho informe ha concluido que una rápida transición hacia los sistemas de propulsión que buscan lograr cero emisiones en flota de transporte de mercancías por carretera está bastante más cerca de lo que se podría haber pensado en un primer momento.
Esta aceleración se dará también porque, según se recoge en el informe ·los vehículos convencionales con motor de combustión interna serán cada vez menos competitivos a lo largo de su vida útil en comparación con sus equivalentes eléctricos». Precisamente los responsables de Transport & Environment han partido de esta premisa para evidenciar que entonces serán también los propios transportistas los que se decanten cada vez menos por los vehículos con motor de combustión interna, acelerando este proceso de cambio.
El hecho que permita que estos cambios se cumplan en tiempo y forma dependerán, sobre todo, de la capacidad que se tenga para adaptar la tecnología actual a este tipo de vehículos. Ahí entraría todo lo relativo a las baterías, sistemas de carretera, células de combustible, combustible a través del hidrógeno verde, etc.
Las alertas del informe
El informe también pone algunas alertas sobre la mesa. Y es que si se quiere lograr el objetivo de neutralidad climática en 2050 para este sector, habrá que ir más allá de conseguir que se dejen de comercializar furgonetas con motores de combustión interna en 2035 y en el caso de los camiones en 2040, sino que habría que adelantar estas fechas unos cuantos años.
Esto sería así, sobre todo, para que no haya una sobrecarga a la hora de implementar una gran cantidad, a la vez, de infraestructuras de recarga de alta potencia para camiones cero emisiones. Con ello, se evitarían los cuellos de botella que impidieran llegar a tiempo.