Miguel Ángel Quiñonero Gómez, Director de Operaciones y Retail en Andamur, no es ajeno a los retos. Apasionado del motor, amante del contacto humano y firme defensor de la Movilidad con propósito, decidió embarcarse en la decima edición de la VW Golf Challenge Marruecos, una experiencia que va mucho más allá del viaje. Junto a él, y compartiendo esa misma ilusión, participaron otros miembros de Andamur en lo que se convirtió en el Equipo Andamur con dos coches en la ruta: Miguel Ángel López Sánchez, Consejero Delegado y CEO, Mario Cárceles, Técnico de Sistemas IT, y José Javier Fernández, amigo de Quiñonero y también de la empresa.
El apoyo en esta aventura por parte de AT Academia del Transportista, DAC docencia y Andamur nos vuelve a dejar otro gesto que refleja el alto compromiso de estas empresas con la Movilidad Sostenible y Solidaria y con la acción social.
Mucho más que una ruta: una experiencia compartida
La VW Golf Challenge no es una competición al uso. Aquí no se corre contra el reloj ni se busca subir al podio. El espíritu que la mueve es otro: crear comunidad entre amantes de los Volkswagen Golf y llevar ayuda a quienes más la necesitan. Cada coche debe ir cargado con al menos 15 kilos de material solidario: ropa, juguetes, calzado, material escolar o médico.
Miguel Ángel lo tuvo claro desde el principio:
“Preferí entregar el material en mano, directamente a las personas. Fue mucho más gratificante”.
La ruta no sigue un horario fijo. Cada día se entrega un track y cada equipo decide cómo organizarse. Algunos hacen paradas en colegios o asociaciones, otros improvisan sobre la marcha y reparten la ayuda en aldeas donde pocas veces llega algo.
Del asfalto a la arena, pasando por el corazón
En su edición de 2025, la aventura cruzó Marruecos de norte a sur, acumulando más de 3.600 kilómetros. El recorrido incluyó paradas tan diversas como:
- Algeciras – Ifrane
- Ifrane – Arfoud
- Arfoud – Ouzina
- Ouzina – Erg Chebbi
- Erg Chebbi – Tinghir
- Tinghir – Marrakech
Durante el trayecto, los participantes atravesaron cordilleras como el Atlas y el Anti-Atlas, cruzaron el desierto del Sáhara y visitaron pueblos donde el tiempo parece haberse detenido.
En uno de esos lugares, Miguel Ángel entregó una garrafa de 30 litros de agua a una familia. Otro de los participantes, les dejo sus pistolas de agua (traídas para refrescarse durante la ruta) a dos niñas que jugaban en pleno bochorno de calor.
“La madre las miraba como diciendo: están tirando el agua… Fue un golpe de realidad”.
Moverse con conciencia también es cuidar el planeta
Uno de los pilares fundamentales de esta iniciativa es la sostenibilidad. A través del proyecto El Bosque de los Danis, se plantan árboles para compensar las emisiones de CO₂ generadas durante la ruta. Además, la mayoría de los coches participantes son modelos antiguos, cuidados y reparados por sus dueños, lo que prolonga su vida útil y reduce el impacto ambiental.
Miguel Ángel lo vivió en carne propia: rompió el cárter del motor en mitad del recorrido y, por suerte, otro participante llevaba exactamente el recambio que necesitaba.
“Me lo montaron en dos horas y al día siguiente ya estaba otra vez en ruta”.
Historias que desmienten prejuicios
La experiencia también sirvió para romper estereotipos y mirar con otros ojos. Miguel Ángel y su grupo recibieron ayuda desinteresada en varias ocasiones. Desde mecánicos improvisados hasta familias que les abrieron las puertas de sus casas, la hospitalidad marroquí les sorprendió.
“Como lección de generosidad recibida, y que deberíamos replicar más veces en España, allí tu problema deja de ser tuyo para convertirse en el problema de todos”.
Una de las noches, al quedarse atrapados en el desierto, apareció un hombre en moto que los guio hasta una carretera segura sin pedir nada a cambio, “no lo hacía por dinero. sólo quería ayudar”.
Aliados que suman y hacen posible el viaje
Esta aventura no habría sido posible sin el apoyo de empresas como AT Academia del Transportista, DAC Docencia y Andamur, que no solo financiaron parte del proyecto, sino que también se implicaron en ampliar su impacto. AT y DAC se comprometieron a dar continuidad al proyecto y enviarán material escolar a varios de los colegios visitados por Miguel Ángel y su equipo durante el recorrido.
“Cada coche tiene su propia historia. Algunos llevaron sillas de ruedas, otros mochilas, bicis, zapatillas… Todos aportamos nuestro granito de arena”.
Cuando moverse significa avanzar como sociedad
En momentos actuales donde el sector del Transporte y la Movilidad está en plena transformación, iniciativas como la VW Golf Challenge nos recuerdan que no se trata solo de llegar a un destino, sino de cómo lo haces y con qué propósito. Un coche puede ser mucho más que una máquina: puede convertirse en una herramienta de cambio.
Porque al final, como bien nos recuerda Miguel Ángel “los kilómetros que más cuentan en la vida no son los que marca el cuentakilómetros, sino aquellos que nos acercan a los demás y nos hacen ser mejores personas”.