Los coches eléctricos chinos están a la espera de lo que suceda con Europa, después de que Estados Unidos haya dado un paso importante a la hora de frenar la entrada de estos coches en su país. El proteccionismo una política financiera que hace décadas que no se veía, vuelve a ser noticia.
Favorecer la producción nacional debería haber sido una realidad, no solo en los coches, sino en todo lo que un mismo país produzca. De lo contrario, la guerra de los procesos en un mundo globalizado o una deslocalización que genera fuertes desigualdades invita a hacer cambios.
Estados Unidos abre la caja de Pandora
La timidez con la que actúa Europa, advirtiendo y preparando el terreno para que lleguen las inversiones, pero no los coches, desde China, deja en el aire los precios de los coches eléctricos chinos. Los fabricantes no pueden dar precios, ya que aún no pueden contar con unos aranceles que se espera que lleguen, pero no tenemos aún la fecha exacta en la que acabarán siendo una realidad en nuestro país. Una opción que deja en el aire algunas novedades importantes que debemos tener en cuenta.
Estamos ante un cambio que podría llegar en cualquier momento y que debe ayudar a los productores nacionales, algo que se debería hacer no solo con el coche eléctrico. El problema es que son muchos los que nos permiten afrontar una serie de detalles que son fundamentales y contra los que deberemos luchar. Es importante hacernos con una serie de datos antes que nada que nos hagan pensar en un poco más en las decisiones a la hora de realizar una compra.
El precio en el coche eléctrico parece ser el factor principal. Si hay una razón que parece que frene la llegada de los coches eléctricos parece que es el precio. Una cantidad de dinero que debe acabar estando sobre la mesa y nos recuerda que estamos ante una etapa de grandes cambios y de novedades que debemos tener en cuenta.
No hay precios para los coches eléctricos chinos en Europa
Ese factor que parece ser determinante lo es también para el conjunto de la economía. En todas las casas se busca optimizar las cuentas, es decir, intentar ganar lo máximo posible y gastar menos para aumentar nuestros ahorros. Más dinero tendremos en el banco si gastamos menos o si trabajamos más y gastamos poco, el perfecto equilibrio entre unas cuentas que parece que se van moviendo por momentos en este mundo incierto en el que la importación hace que nada de lo planeado acabe siendo tal y como debería ser.
El coche eléctrico chino es el símil de lo que pasa en las casas. Se quiere comprar barato, pero, por otro lado, cobrar más, algo que es imposible ya que ese dinero con el que se compra debería quedarse en casa y lo que hace es marcharse fuera. Es decir, estamos haciendo ricos a los de fuera, mientras cierran las tiendas locales. Una situación que está dejando unos números que son realmente significativos. Los coches eléctricos chinos pueden ser el primer paso para intentar recuperar un mercado local que juega con desventaja.
En el caso de estos coches, llegan con potentes subvenciones que hacen que los precios literalmente se caigan por completo. En el caso de que llegarán sin aranceles se llevarían gran parte de una cuota de mercado que, de lo contrario, acabaría en manos de empresas locales, justo lo que se necesita para hacer crecer una economía que ya está muy tocada por una globalización que juega en contra de los países productores.