España llevará a cabo el proceso de descarbonización del transporte de mercancías por carretera en 2050. Así se desprende de los últimos informes que la Federación Europa de Transporte y Medio Ambiente, Transport & Environment, ha hecho públicos.
En ellos se deja claro que España logrará la descarbonización del transporte de mercancías por carretera hacia 2050, una conclusión que se extrae a partir de la mínima cuota de mercado que furgonetas y camiones eléctricos tienen todavía hoy y de los programas para incentivarlos que hay en marcha.
El papel de los híbridos eléctricos
De este modo, también se deja claro que tanto los vehículos híbridos como eléctricos empezarán a ser una competencia real en 2025; y los de pila de combustible lo serán en 2030.
Estos datos son algunos de los que se arrojan gracias a una investigación en la que ha participado el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en el que se muestran que los planes que se han presentado van por el buen camino, abriendo la posibilidad a adelantar los plazos para garantizar el cumplimiento del objetivo de neutralidad climática en 2050.
Por su parte, el encargado de políticas de transporte de mercancías de Transport & Environment, Carlos Bravo, declaró que “no será posible conseguir la descarbonización total del transporte de mercancías sin apostar por las tecnologías cero emisiones en camiones y furgonetas”.
Hay que tener presente que, en la actualidad, España es uno de los países más dependientes del transporte de mercancías por carretera, teniendo un impacto negativo importante y siendo el sector que genera un 29,1% de las emisiones de CO2.
Los retos del sector
En cualquier caso, son diferentes los organismos los que han alertado de la necesidad de acelerar los procesos si, verdaderamente, se busca cumplir con los objetivos de neutralidad climática en 2050. Para ello se considera que es importante lograr acelerar el final de la venta de furgonetas y cambiones que funcionan con motor de combustión interna. Para ello se estipula acabar con dichas ventas en 2035 y en el caso de los camiones con esta tecnología hacer lo propio en 2040.
Además, también sería recomendable crear medidas adicionales que pudieran acelerar la implantación de los puntos de recarga y demás para evitar, llegado el momento, que se sature el sector y se generen cuellos de botella que ralenticen esta necesaria transformación no sólo para el medioambiente sino para cumplir con el mandato europeo en el que se recoge de un modo claro que todo esto tendrá que estar en marcha en 2050. Por ello, todo apunta a que no será hasta esa fecha cuando verdaderamente se logre y para ello ya hay ciertas recomendaciones sobre acelerar ya algunos procesos.