El objetivo de lograr que buena parte del mercado de vehículos sea eléctrico no está exento de retos y problemáticas. Esto es así porque, según se señala en estudio de la consultora E Source, la falta de materias primas fundamentales para la fabricación de las baterías de los coches eléctricos podría ser un problema de cara a ofrecer precios competitivos.
Las claves del posible encarecimiento de las baterías
La guerra de Ucrania ha sido uno de los motivos clave por los que se está dando el encarecimiento de las materias primas. Según apunta el informe en cuestión, las celdas de las baterías de los vehículos eléctricos presentan un coste de de 128 dólares pero lo cierto es que se prevé un aumento del 22% para 2023, lo que supondría un incremento de hasta los 140 dólares por unidad. Los investigadores calculan que esto puede suponer un incremento del precio final de los vehículos eléctricos que puede ser de entre 1.400 y 2.800 euros.
Desde la consultora lo explican del siguiente modo. “Se acerca el tsunami de la demanda. No creo que la industria de las baterías esté preparada. Hay escasez de litio y va a haber más”, añade. El precio se ha quintuplicado en poco más de un año, y ahora un kilo de litio es más caro que un kilo de oro en el mercado mundial».
Una situación que se prolongaría hasta 2028, momento que fija el informe como punto de partida para que comiencen a descender los precios de las celdas de las baterías. En cualquier caso, no sería hasta pasado la década de 2030 cuando se prevé que se alcance un precio mínimo de 90 dólares la unidad. Esto es así porque se prevé que para entonces también se desarrollen baterías de estado sólido que no requieran de materiales como el litio para su elaboración.
El litio, el gran responsable del aumento del precio
Y es que precisamente el responsable de la escalada de precios es el aumento que ha tenido de coste el litio. Se trata de un mineral que es precisamente la materia prima básica con la que se hacen las pilas de cualquier aparato electrónico. En el caso de las baterías de iones de litio son los modelos que se emplean tanto en la realización de coches eléctricos, como en otros productos de alta demanda como móviles y ordenadores portátiles. A la alta demanda hay que sumar que el país que más litio ofrecía al resto del mundo era Rusia.