Se espera un salto sustancial en el transporte eléctrico en los próximos años. De este modo, el camión eléctrico será competitivo en tres años. Se espera que para 2025 ya haya experimentado un salto sustancial en lo relativo a su competitividad. En cualquier caso, según un estudio, será para 2030 cuando las ventas de coches libres de emisiones estén ya representando un volumen del 42%.
Del mismo modo, en el estudio se hace una previsión en la que se establece que serán los vehículos medianos los que más interés tengan para las empresas, pues considera que los vehículos que son más pesados presentarán un rango de autonomía que estará por debajo de los 800 kilómetros y no podrán ser comparables en costes hasta el 2035.
Camión eléctrico: hacia un escenario cero emisiones
Es indudable que contar con una flota mucho más sostenible es el principal objetivo de buena parte de las empresa ya en la actualidad. Tanto es así que muchas enseñas ya han hecho de la reducción de las emisiones del transporte de mercancías por carretera su objetivo principal.
Y es que, aunque los vehículos pesados y medios sólo suponen una mínima parte del tráfico total, lo cierto es que sí son de las fuentes principales de emisiones. Además, en el estudio también se deja claro que los vehículos eléctricos no serán la única vía para el transporte, sino que habrá otros formatos que también podrían acabar siendo rentables.
Todo apunta a que se trabajará, especialmente, sobre lograr aumentar de manera significativa la flota de camiones eléctricos, siendo esta la apuesta principal. Además, todo apunta a que en el mercado se podrán encontrar unidades que hagan una apuesta firma por el hidrógeno.
Tanto es así que se cree que en 2030 el 28% de las ventas serán ya de vehículos eléctricos, mientras que el 2% se corresponderá ya con vehículos de hidrógeno. Unas cifras que irán incrementándose con el paso del tiempo, esperando que se logre alcanzar el 84% de cuota de mercado en camiones eléctricos y del 12% de camiones de hidrógeno para el 2050.
Un objetivo que sólo será posible si se mejoran las infraestructuras y se llega a una equidad de coste que, como decimos, se prevé para el 2035, sobre todo si se pone el foco en los modelos de tamaño medio y pesado. En cualquier caso hablamos de una fecha límite que sería a la que se llegaría si no se producen incentivos en la industria, por lo que todavía pueden reducirse más los plazos.