El coche eléctrico tiene una serie de gastos imprevistos que quizás no tengamos en cuenta y son parte de un mantenimiento un poco diferente. Una de las grandes dudas de los nuevos propietarios que ya han dejado atrás el diésel y la gasolina, es poder hacer frente a los imprevistos que puedan surgir.
En todo coche hay unos gastos inesperados. No siempre conseguimos que el vehículo esté en perfectas condiciones. Algunos días puede que tengamos que enfrentarnos a una visita inesperada al taller con el que quizás no contábamos. Si quieres estar preparado para cualquier imprevisto, toma nota de los gastos que pueden surgir con un coche eléctrico.
Los neumáticos se desgastan más rápidamente
El cambio automático es una ventaja de los coches eléctricos que puede acabar provocando un desgaste mayor de los neumáticos. Una mayor aceleración supone más frenazos y por lo tanto, nos quedaremos antes sin ruedas. Por lo que tendremos que cambiarlos más a menudo provocando de esta manera unos gastos inesperados con los que quizás no contábamos antes de hacer la compra de un coche eléctrico.
Deja espacio en el maletero para conectores y cables
Cuando nos quedamos tirados en un coche eléctrico, los conectores y los cables para poder conectarlos son los elementos que quizás nos ayuden a llegar al taller más próximo. En el maletero siempre debemos tener estas dos herramientas para conseguir que el coche eléctrico pueda seguir funcionando ante la caída fulminante de la autonomía, hecho que querrá decir que algo está pasando.
Nunca dejes el coche eléctrico conectado al surtidor
Este gesto puede acabar costando más de lo esperado a nuestro coche eléctrico. Las baterías pueden desgastarse más rápidamente de lo que marca el fabricante. Tesla es una de las marcas especialistas en coches eléctricos que hace que de este paso se quede totalmente bloqueado. Con lo cual, evita que sus baterías se sobrecarguen de más y por lo tanto duran los años marcados.
Más tarde o temprano tendremos que poner un surtidor de electricidad en casa
Esa inversión que estamos deseando evitar, acabará siendo una realidad. Aunque te parezca que cada uno de los surtidores del supermercado o las electrolineras que están disponibles a bajo coste nos sirvan. Al final, la comodidad de poder cargar el coche cuando uno quiera es fundamental. Podrás llegar a tu casa y conectar el coche a tu aire, sin colas, esperas y a un precio que seguro que también te sale rentable.
Se acabarán las bonificaciones y gratificaciones
Hasta la fecha viajar en coche eléctrico nos permite incluso aparcar sin pagar nada de nada en algunas ciudades. Si vivimos en ellas hay algunas bonificaciones que son claves y que nos permiten apostar con más facilidad por este tipo de coches eléctricos. A la hora de hacer números debemos pensar que en breve quizás estemos pagando de mantener este coche lo mismo que un diésel o uno de gasolina.
Estos son algunos gastos inesperados que pueden llegar en cualquier momento y que supondría el fin del idilio con el coche eléctrico. Tarde o temprano como ha pasado en otros países las ayudas a la implantación del coche eléctrico desaparecerán por lo que gastaremos más, no solo en la compra del vehículo, sino también en su mantenimiento. Tocará estar preparado para ese momento antes de que sea tarde. Por lo que conseguiremos ir haciendo hucha hasta el momento en el que tengamos que afrontar el cambio más importante de todos, la equiparación del coche eléctrico con los de gasolina, cuando estos ya no se vendan por normativa europea dentro de unos años. Gastaremos lo justo sin diferencias el uno del otro.