Comprar un camión se está convirtiendo en una tarea complicada en ciertos puntos como Galica, donde ya esxite una lista de espera de nada menos que año y medio.
La coyuntura actual del sector
Sin duda, la coyuntura actual del sector no es nada fácil, teniendo presente que factores como la falta de conductores y el aumento de los precios del combustible, ahora se suma la dificultad para renovar las flotas de camiones debido a una disponibilidad, cada vez menor, de unidades que salen de las fábricas de producción. «La producción de camiones está paralizada, con unos retrasos en los plazos de entrega de entre 12 y 18 meses», asegura la portavoz en Galicia de la Asociación Empresarial de Transporte de Mercancías por Carretera, Mirian Otero.
Además, estos retrasos hacen que, de manera obligada, se prolongue la vida útil de los vehículos que sí están ya en circulación. Todo esto da lugar a flotas más envejecidas sin además unas garantías de reemplazo a corto plazo. En el mercado de segunda mano además se están pagando precios desproporcionados, algo que no solo ocurre en España, sino también en toda la UE.
La preocupante lista de espera de Galicia
La situación en Galicia roza lo preocupante. «Los plazos de entrega se han ido incrementando en todas las líneas de vehículos. En la mayoría de los proveedores los plazos son superiores a un año», asegura Javier Turienzo, del clúster da Función Loxística de Galicia.
Esto, como apuntábamos arriba, ha hecho que muchos trabajadores se vean obligados a recurrir a la compra de camiones de segunda mano, donde se pueden llegar a encontrar cabezas tractoras sin remolque por 90.000 euros, un precio muy por encima de lo que, verdaderamente, debería de costar.
Además, esta falta de stock es algo que se hace extensible también a la mayoría de las marcas y que se certifica al ver el número de matriculaciones en lo que va de año dentro del segmento en cuestión. Al ver las cifras de mayo se observa que la venta de camiones experimentó una reducción del 4,6 %. Y este es un problema importante si se tiene en cuenta que la española es una de las flotas más envejecida de la UE, teniendo una media de vida útil de 14 años.
Hasta el 2020, España tenía un parque móvil cercano a las 600.000 unidades y estas son unas cifras que apenas se han movido dos años después y que están muy por debajo de la media en UE.