Conseguir llegar al reto de tener un tipo de transporte de mercancías implementado que sea cero emisiones no es una tarea sencilla pero es algo que se ha de conseguir de aquí a 2050. Para ello, hay una serie de tareas que se han de llevar a cabo necesariamente.
Camiones y furgonetas eléctricas
Para lograr acabar con las emisiones se ha de reducir la cantidad de coches que funcionan a gasolina y diésel de las carreteras. Esto pasa, necesariamente, porque los vehículos funcionen de manera eléctrica. Para ello no sólo se ha de desarrollar adecuadamente el vehículo sino también las instalaciones.
Hay dos retos que son, especialmente, importantes en este sentido. Por un lado, está el hecho de lograr que estos camiones y furgonetas tengan una capacidad de autonomía que sea importante y que ya permita hacer largos trayectos durante el día, adaptándose a todo tipo de necesidades.
Por otro lado, es importante habilitar en las carreteras todas las zonas de recarga que se necesiten para dar respuesta a las necesidades que puedan ir surgiendo.
Derivar transporte por rutas marítimas
Uno de los modos de lograrlo es intentar descongestionar las carreteras. El futuro pasa, necesariamente, por apostar por una movilidad respetuosa con el medio ambiente, y aquí derivar tráfico hacia el transporte marítimo es una de las opciones aunque también aquí queda mucho por hacer.
Taxis voladores
Por ciencia ficción que pueda parecer ya se están haciendo pruebas con aeronaves no tripuladas para el transporte de mercancía. Esto también ayudará a descongestionar las carreteras, sobre todo en el caso del transporte de las mercancías más livianas.
La necesidad de ayudar a un sector en plena transformación
Para que todo esto sea posible es más que evidente que hay una necesidad clara por parte del sector de recibir ayudas para acometer esta transformación lo antes posible y llegar al reto del transporte cero emisiones en 2050. Un reto que aún parece lejano pero en el que se ha de trabajar ya si se quiere llegar a tiempo. Hay que tener en cuenta que son muchos los desafíos que se han de llevar a cabo antes.
Para evitar que se acaben dando situaciones de cuello de botella es primordial tener claro que esta realidad ha venido para quedarse y que hay que implementar los cambios cuanto antes y que se realicen lo más rápido posible. Sólo así se conseguirá dar respuesta al desafío en tiempo y forma.