Biden ha sido uno de los primeros en frenar la entrada de coches eléctricos procedentes de China a Estados Unidos, no ha dudado en poner unos aranceles superiores a los establecidos. De esta manera los precios se equiparán ante un país que puede inundar de forma casi total el mundo de coches eléctrico.
La realidad es que China es una fábrica a la que cuesta poner el freno, especialmente si tenemos en cuenta la cantidad de coches eléctricos que nos ofrecen. No es casualidad que se haya llegado a este punto, procede de una historia que debemos conocer y tener en mente.
Los coches eléctricos procedentes de China tienen este origen
El gobierno de China no dudó en empezar a dar ayudas a unas fábricas que aparecieron de forma masiva y lo hicieron de forma casi simultánea. Con lo cual se crearon cientos de empresas dedicadas a crear coches eléctricos. No es de extrañar que con la mirada puesta a unas ayudas que sirven para ayudar a la población a seguir un camino que puede acabar siendo el que provoque un efecto mariposa en todo el mundo. Lo que pasa a China con los coches eléctricos nos afecta a todos.
La demanda en el propio país parecía suficiente, hasta que se desmoronó en un 28%, por lo que se acaba produciendo lo que se llama sobre producción, hay más cantidad de coches eléctricos que salen de las fábricas de los que se venden.
La única solución para estos coches, que en 2025 según datos oficiales superarán los 36 millones de coches producidos, de estos sólo podrán vender 17 millones en el propio país, por lo que pueden quedar 20 millones de coches eléctricos que inundarán el mercado de este tipo de vehículos.
El motivo por el que los coches eléctricos chinos son el futuro
Estos millones de coches eléctricos se venderán a precios muy bajos y eso quiere decir que serán muchos los que ofrecerán unos vehículos que ya tienen acceso prohibido en Estados Unidos. El futuro parece estar marcado por la llegada de este tipo de coches eléctricos que parece que acabarán saturando un mercado que ya está en la cuerda floja. Son muchas las fábricas proyectadas y pocas las que han empezaron a funcionar a pleno rendimiento.
No es de extrañar si tenemos en cuenta lo que pasará en China en solo unos meses, será la gran ola de los coches eléctricos de este país que golpeará con fuerza el mercado. Tocará ver qué es lo que pasa y cómo afectará estas ventas masivas y a bajo precio al resto de las marcas que fabrican estos coches. Muchos optarán por vender un tipo de vehículo que sin duda alguna puede acabar siendo el que marque el futuro, pero en este caso quizás se pueda elegir.
Tesla ha empezado a recortar plantilla, pero también a bajar precios, consciente de que es la única manera de poder competir de tú a tú con un mercado que parece que despega a gran velocidad. China es la gran fábrica del mundo y con más de 500 empresas que están trabajando a pleno rendimiento para poder ofrecer sus coches al país, nada más lejos de la realidad que asumir un cambio que puede ser necesario para un sector estancado. Los bajos precios son una pesadilla para las empresas de su competencia, pero acabarán marcando un pistoletazo de salida para muchas familias que tienen en ellas una solución a sus problemas. La llegada a todas las casas gracias a unos precios bajos puede ser determinante en un futuro no muy lejano que vamos a ir viendo llegar.