Convertir tu coche en un eléctrico es algo que puedes hacer para escapar de las etiquetas ambientales que te impiden circular por cualquier parte de la ciudad. Para conseguirlo, simplemente se necesita disponer de unas herramientas imprescindibles para dar el paso. Saldrá incluso más barato y quizás ayude a conseguir dar el paso a un universo eléctrico sin necesidad de despedirnos de nuestro coche.
Tu coche puede ser un eléctrico siempre y cuando cumpla con unos requisitos que te ayudarán a verlo como un nuevo vehículo. El llamado retrofit es casi un arte que modifica por completo nuestro coche. No es un paso sencillo, ni barato, solo pueden hacerlo unos profesionales y deberá estar homologado por la administración.
Pasos para convertir tu coche en eléctrico
En el caso de no querer cambiar de coche, si queremos aprovechar el que ya tenemos y transformarlo en eléctrico, debemos tener en cuenta que tendrá un coste asociado. No nos saldrá barato, pero será una forma de entrar en el mundo de los eléctricos. Dependiendo del tipo de coche puede iniciarse este cambio en 14.000 o llegar hasta los 20.000 euros, dependiendo del modelo.
Podremos obtener unas baterías y un sistema con las mismas garantías que un coche eléctrico nuevo. Es decir, una duración mínima de 3.000 ciclos de carga o hasta 180.000 kilómetros en el peor de los casos. Unos 8 años se calcula que es el periodo en el que los coches eléctricos estarán en perfecto funcionamiento.
El retrofit es una forma de aprovechar lo que ya tenemos sin generar más residuos. Una manera de transformar y adaptar nuestro coche a los nuevos tiempos, algo que, a priori, puede resultar complicado, pero en manos de los mejores especialistas es mucho más sencillo de lo que parece.
Cómo se convierte un coche de gasolina en uno eléctrico
Venden unos kits homologados que se adaptan al tipo de coche, con lo cual, el mecánico especialista será el encargado de darle un giro radical a nuestro vehículo. Podrá retirar las piezas que no usamos y colocar las nuevas. Un coche eléctrico además de todo el motor no tiene tubo de escape y dispone de un cambio eléctrico.
Con lo cual se retirará la cadena de tracción térmica, el depósito y el tubo de escape. El arte de estos mecánicos empieza a verse al distribuir las nuevas piezas, las baterías se colocan de tal forma que deben seguir un orden y un peso equilibrado en la parte delantera o trasera del coche. Este paso es quizás uno de los más costosos.
La toma de corriente se coloca ocupando el lugar en el que se dispone el tanque del depósito, de esta manera conecta directamente con las nuevas baterías. Es un proceso seguro que dará como resultado un coche eléctrico en lugar de uno de combustión que podrá recibir a la etiqueta correspondiente una vez haya sido homologado como tal.
Los responsables de la ITV deben homologar todas las piezas y cambiar la denominación del vehículo. Así como hacer figurar en la documentación del vehículo las nuevas piezas que han acabado sustituyendo a las anteriores. Estas nuevas piezas tendrán un ciclo de vida distinto a las anteriores. Sufrirán una inspección radicalmente distinta a la anterior.
La homologación del vehículo como eléctrico es un proceso lento que tendrá su ciclo y deberá recibir la correspondiente aprobación de los especialistas. No será fácil, pero con un poco de atención y de tiempo se conseguirá el objetivo. Invertir el dinero de un nuevo coche o de una reparación de motor en un kit que transforme en eléctrico nuestro vehículo es una opción.