La manera de equiparar los precios entre los coches eléctricos europeos y los chinos será a través de los aranceles. Europa se protege ante la llegada masiva de estos coches eléctricos que pueden hacer cambiar para siempre este tipo de medio de transporte.
El objetivo principal es obtener un coche eléctrico al mejor precio posible, pero cuidado porque puede acabar siendo un problema. Los precios pueden hundir el mercado europeo, algo que no gusta nada a las empresas de este tipo. Por lo que la ley puede poner aranceles que equiparen los precios entre los coches chinos y los europeos.
Los coches eléctricos chinos llegarán con aranceles
Según El Español los aranceles que prepara la Unión Europea pueden llegar a los 10.000 euros por vehículo. Prácticamente costarían lo mismo que el propio coche eléctrico, una forma de frenar su llegada a un mercado que podría romperse con esta cantidad de coches de este tipo que podría venderse.
En definitiva, Europa quiere que se vendan coches eléctricos que son los encargados de no causar ninguna emisión de gases contaminantes, pero cuidado porque no todo vale. Los políticos están muy pendientes de lo que supone esta llegada de coches eléctricos de otro continente con unas condiciones que pueden acabar siendo las que marquen la diferencia.
Los desequilibrios de precios entre los distintos vehículos es lo que hace poner freno a esta entrada que podría ser masiva. Con lo cual, acabaremos con unas condiciones que son especialmente peligrosas para los fabricantes europeos que verán en esta entrada masiva un problema.
Los precios extremadamente bajos de los coches chinos ponen en riesgo una producción de otras marcas de coches que pueden verse afectadas. Se venden pocos coches eléctricos, pero con la llegada de estos vehículos de otras partes del mundo, existe una parte positiva, que es, vender más coches de este tipo, pero, por el contrario, el miedo a desequilibrar el mercado está muy presente.
Las ayudas chinas al coche eléctrico se traducen en una producción barata
China es un país que apuesta por el coche eléctrico, por lo que invierte en estas fábricas que producen coches eléctricos como churros a precio de saldo. Es una técnica que se traduce en unos precios más baratos. Al final lo que se consigue es un producto que acaba despertando sospechas fuera de su lugar de origen.
A la hora de vender estos coches se encuentran con varios problemas. Los precios no se corresponden a los del resto, por lo que supone un cambio de rumbo importante que debemos tener en cuenta. Además de provocar una desconfianza en el mercado, ante un precio tan bajo que se debe corregir.
Europa dejó muy claro que no dejaría entrar los coches eléctricos chinos sin adoptar medidas. Pese a que hay algunas marcas que sí que venden sus coches, son aquellas marcas que llevan años produciendo este tipo de vehículos y vendiéndolos en este continente de forma eficiente.
Según explican en El Español, su fuente les ha transmitido que: “El importe, que es complejo de calcular, se conocerá en los próximos meses y en algunas conversaciones se ha hablado de que podrían llegar hasta los 10.000 euros por coche, si bien no es una cifra exacta que se pueda aplicar a todos los coches por igual».
Por lo que esta cifra orientativa que dependerá de cada vehículo que llegue a este continente debe cogerse con pinzas. Dependiendo del tipo de coche puede ser más o menos, pero siempre intentando conseguir que se equiparen las cantidades a lo que cuesta cualquier coche eléctrico fabricado fuera de China.